Por Juan Tomás Valenzuela
Esa cara de tarado
que tiene el busto de Duarte,
recuerda por otra parte
la de un viejo desquiciado,
que está haciendo del Estado
su botija personal.
Que se pretende quedar
en contra viento y marea
con el control de esta aldea,
ya al borde de un vendaval.
La efigie hecha por este
escultor de pacotilla,
logró sembrar la semilla
a una población agreste,
que no quiere que se infeste
la figura del patriota,
con esta cara de idiota
que le quieren suponer,
para hacerlo parecer,
más que a Duarte, a una marmota.
La regia efigie de Duarte
del escultor Rotellini,
dista de este chapucini
que han puesto en este baluarte.
Decir que está mierda es arte,
nada más lo hace Alvarito,
pues sin chiva y bigotico,
el Duarte de este patán,
es el mismo charlatán
que tiene a este pueblo frito.
Señores, no está muy lejos
el día en que los creyentes,
le pongan al Dios viviente
la cara de este pendejo.
Andamos como el cangrejo,
caminando para atrás.
La dominicanidad,
si no abrimos bien los ojos,
va a quedar hecha un despojo
con tó está mediocridad.
18 julio 2018